Monday, November 20, 2006

EL


Tras una noche de conversaciones y copas, cena y película, ellos se sentaron a discutir los incidentes del largo recién visto. Uno aludido por detalles que el otro quizás nunca notó, se ensimisma profundamente mientras trata de ocultarlo.

La conversación termina y el ensimismado se despide, se dispone a irse a dormir, y para añadirle drama a su partida, agarró su laptop, su paraguas y se fue escuchando una canción de una película reciente, mientras atravesaba el patio hacia su puerta. Se despidieron de esta forma los vecinos, cada quien hacia su cama, a soñar con las cosas que a cada uno agobiaban. Uno recordaba poemas mientras el otro se dedicaba al arte del placer auto-infligido. Además de recordar poemas escuchaba canciones antiguas, que traen recuerdos de infancia que de niño nunca entendió y hoy preferiría no haber vivido.

Ese día él comenzó a escribir la novela de su vida, en la que revelaría secretos que nadie conocía ni conocería hasta el día que le toque irse de este mundo donde sus pesares, alegrías y penumbras por fin serian del mundo, y no sólo suyas. Y mientras, se las contaba cual fantasma a su confidente callada al otro lado de la pantalla.

Le contaba solo aquello que podía contar, sus secretos eran muy profundos para ser divulgados, muy fuertes para ser digeridos, muy desagradables para estar orgulloso. Mientras siguió escribiendo, se le fueron quitando las ganas de seguir. El pensaba que esta sería la novela, el escape, el lugar donde de una vez por todas iba a poner toda esa energía reprimida por años, que nunca había podido dejar salir. Pero al igual que todas las veces anteriores, estaba equivocado.

Mientras más trataba de escribir sobre si, más pensaba en su amor-no-amado, aquel que le hizo sentir las cosas más bellas pero a quien ya no quería. Se daba pena a si mismo por momentos, y pensaba en una salida fácil. El suicidio es muy difícil, requiere de un valor que no tenía, ni tendría nunca.

Escribía como si estuviese escuchando a un narrador, un dictado, una clase mas en aquel salón color arena del quinto grado. escribía sin pensar, apenas se detenía a colocar las tildes necesarias, mientras ignoraba otras que no consideraba indispensables.

Pensó por un momento en escribir de su familia, convertir en personajes de su novela a su padre, a su madre a su hermano y a su hermosísima media hermana, a quien adoraba con locura. Pensó y pensó hasta que el sueño casi lo vence y simplemente decidió poner al pie de la página...continuará.

21 nov. 06
1:23am

3 comments:

Josie said...

Mientras tanto, del otro lado de la pantalla, ella leía cuidadosamente lo que su amigo fantasma le contaba y esperaba con ansias la continuación. Fumó otro cigarrillo y esperó..

Alone_01 said...

Y este fiel lector, seguirá esperando pacientemente hasta que el escritor decida ponerle fin a su historia.
(copie a Josie… me gusto su comentario :D)

SuperPosho said...

Espero que las palabras no hayan sido escritas al vacio...